I made

domingo, 27 de julio de 2008




Hoy hay pena en mi corazón, porque te has ido
pero no tan triste porque estarás con el Señor
Dios, que tu muchas veces nos enseñaste amar.

¡A cuantos has bendecido!
¡A cuantos has acompañado con tus plegarías!
¡A cuantos has regalado tu sonrisa!

Me acuerdo cuando estabamos en Caritas, que
venias a tomar mate con nosotros, pero nunca
con las manos vacías, siempre traias un chocolate,
una masita, o unos caramelos y te quedabas charlando
con nosotras.
Tu casa era una casa de puertas abiertas,
atendías a todos y escuchabas a todos.
Hoy te damos las gracias desde lo más hondo
de nuestro ser y te recordaremos siempre
y que tengas un eterno descanso
con nuestro Dios, así sea.

CHIQUITA


Como no acordarme del padre Segundo, si él y
el bendito padre Simon Valentin fueron los que me formaron
desde un principio y lo que soy hoy.
El padre Segundo me enseño a rezar el Rosario y
siempre estuvo dispuesto a escucharme cuando
le pedía un consejo; el padre Simon me llamaba
Miguel el bueno.
Fueron los sacerdotes que más estuvieron con nosotros
en nuestras comunidades.
Gracias, que Dios los bendiga P. Segundo y P. Simon.

Miguel Ruben Alvarez


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